El Tren Maya de México, un proyecto a gran escala que recorre 1.554 kilómetros a través de la península de Yucatán, está encontrando notables dificultades financieras apenas cinco meses después de su inauguración oficial. Según ha informado Óscar David Lozano, director general del tren, el servicio de pasajeros por sí solo no puede llevar al ferrocarril a la rentabilidad.
En 2024, el Tren Maya registró una pérdida significativa con un déficit financiero aproximado de 133 millones de dólares. Los ingresos procedentes de las tarifas de los pasajeros y de la venta de souvenirs sólo aportaron 275 millones de pesos (14 millones de dólares), lo que supone apenas un 9,6% de lo necesario para alcanzar el punto de equilibrio.
Desafíos para el transporte y el turismo extranjero
A pesar de haber alcanzado el hito de un millón de pasajeros en abril, las cifras de pasajeros siguen estando por debajo de las expectativas gubernamentales. Especialmente preocupante es la escasa atracción entre los turistas extranjeros, que constituyen sólo el 6% del total de pasajeros desde el inicio de las operaciones en diciembre de 2023. De estos 77.000 visitantes internacionales, casi la mitad procedían de Estados Unidos, lo que supone una media de sólo 149 turistas extranjeros al día.
El escaso interés de los turistas internacionales es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta que sólo Cancún recibió el año pasado unos 20 millones de visitantes extranjeros. Para agravar este problema, una parte significativa de los viajeros internacionales utilizaron el tren sólo para la ruta Mérida-Cancún, que representa menos del 20% de todo el sistema ferroviario.
Estrategias financieras y planes de futuro
El Tren Maya, cuya construcción costó unos 500.000 millones de pesos (24.800 millones de dólares), casi el cuádruple de lo previsto inicialmente, fue inaugurado en su totalidad por la presidenta Claudia Sheinbaum el 15 de diciembre de 2024. Para combatir el déficit financiero, el gobierno mexicano ha propuesto adecuar el ferrocarril para el transporte de carga. Se trataría de ampliar las vías unos 700 kilómetros para conectar los puertos del Golfo de México de Progreso y Coatzacoalcos con el Tren Maya en 2026. Se ha asignado un presupuesto inicial de 38.000 millones de pesos (1.980 millones de dólares) a esta ampliación, con el objetivo de alcanzar la sostenibilidad financiera en 2030.
Los expertos del sector destacan que uno de los retos que frenan el número de pasajeros es la falta de conexiones entre las estaciones de tren y las atracciones turísticas a las que el ferrocarril debía dar servicio.
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